La miseria enconada del clasicismo
Fuente: malvisto
Sedientos de clasicismo
indagáis en la pléyade activista,
retomáis el silogismo
la lógica y el abecedario.
Pospuesto el genoma,
declaráis el hábito del maestrazgo,
conmutáis vuelos por cometas y sus hilos.
Supongo que debemos releer
en el interlineado
e irrumpir en el sesgo
de apócrifas interpretaciones
anhelantes del falsacionismo popperiano.
Hambrientos de clasicismo
descubrís
en la ruptura de la norma
una herejía insalvable.
Y así es. Y nada importa
Asumid.
Asumid y humillaos
humillaos; Tú, tú y tú.
El muro de la compasión
se derrumbó.
Llenó ese despreciado vacío académico
hasta la indecencia
esgrimió las palabras más parcas
para solidificarlas
pese a su estado
perpetuo y gaseoso.
Supongo que alguien debía decíroslo.
El mundo gira fuera del límite incondicional de la luz
y sois incapaces de
transcribirlo.
La vida es una línea paradójica
y pespunteáis como si
no fuese
sucesión de puntos
microscópicos
una caída en la madriguera
un tiempo retrocedido en avance laberíntico,
un ojo de cada color.
¡Despertad!
¡Aceptadlo,( b)(v)as(tard)(all)os!
La vida es
ese asalto a mano armada
cuando
ya no queda nada que perder.