Zeta solo sabía que el seguimiento estaba centrado en el cuarto piso del edificio. Desde la galería tenía acceso a la vista y la vida de una familia común de cuatro miembros que le permitía mantener las guardias más o menos amenizadas. No salían mucho de casa, gozaban de una personalidad divertida e hilarante además de diversificadas opiniones sobre política, filosofía, sociología o cualquier tema relacionado con el comportamiento humano. Esto lo recalcó en su informe verbal como si de un gran logro de observación se tratase incidiendo en la posibilidad de que aquello fuese peligroso. Una familia de clase baja culta y sin atisbo alguno de soberbia como germen del cambio. <<Pobre infeliz>>, pensó Gloria S46, <<y se creerá que algo de esto es relevante para el equilibrio económico mundial y que por eso estamos aquí>>.
El día D ocurrió lo que la IA predijo. Sus elegantes algoritmos volvían a hacer gala de aquella perfección. Tal y como ocurría con la frecuencia de un alquimista de costumbres, la vecina del cuarto piso procedió a preparar la ropa para hacer la colada. Después de dos años de una paciente pero extenuante vigilancia, S46 escuchó el golpe inequívoco de la caída de una botella de plástico llena. ¡Ya era hora! Se asomó a la ventana como si se tratase de una vecina más, y gracias a la manía de aquella mujer que dejaba el ventanal abierto fuera verano o invierno, observó lo esperado. La botella de amoníaco no se encontraba en su lugar habitual. Cayó desde donde la solía colocar y no se había dado cuenta.
La IA, cruzada la información pertinente con el informe de calidad de la cadena de supermercados, detectó el fallo en el tapón de presión del producto de limpieza. El tapón de todo el lote 11278AFG era defectuoso pero salió a la venta igualmente.
El líquido de NH3 comenzó a gotear por la salida de aire de la galería e inició su pequeño cauce por las paredes. Al llegar a la terraza del primer piso y observar que comenzaba a hacer charco justo debajo de la ventana abierta de la habitación del sospechoso fue cuando S46 le dijo a Zeta:
-Recógelo todo. Hemos neutralizado la amenaza.
-Pero señora, el agente todavía permanece en su habitación.
-Sí, lo sé. Durmiendo plácidamente.