Fuente: @belgeist. Twitter |
El ayuntamiento de mi ciudad lleva dos días aplicando la sabiduría del buen jardinero (en su vertiente de podador) justo debajo de mi balcón.
Entiendo que, dentro de la teoría del mal menor1, sopesen en la balanza por un lado, el sueño de los que no se han ido de vacaciones a dejar su huella de carbono y por el otro, la opción de dejar la ciudad limpia de pájaros malandrines o especies similares de cantores.
Obvio para los dirigentes ausentes que aquella (la balanza, digo) se incline por dejar bonitos, cuadrados y saneados los árboles de hoja perenne y fruta caduca e inservible (dicho sea de paso) extendiendo la arboleda hasta el horizonte de nuestra vista más cercana.
Como ayer me lo esperaba, tomé lugar en mis aposentos muy temprano para que el descanso alterado fuese mínimo, común, pero no múltiplo. Nadie merece un cálculo así a las 7.13 de la mañana.
@blueberry_proto. Twitter |
Con el café en una mano y el móvil en la otra he inclinado mi cabeza para (h)ojear la situación actual de los especialistas.
Sí, sí. Exacto. Con acento incluido.
Me he acabado el café saboreándolo como si fuese el último y he entrado a calcular el coeficiente de Gini. Alguien tiene que hacerlo...¿Cómo si no vamos a comenzar el principio del fin del mundo?
1. Que no mar menor, aunque también podrían limpiar ahí.
2. Debo añadir que el filtro es poco acertado. El personal laboral-algoritmos de Google deben estar de vacaciones también dejando su propia huella de carbono aunque ellos se empeñen en que la huella es neutra desde 2007.