Tantas noches para la vigilia
tantas partes inconexas del disfrute
tantos asideros del idealismo desmesurado.
El polimorfismo de tu presencia
es
tantas veces reconocido
que
sería altamente improbable
descubrir una nueva cobertura menos
densa.
Y,
déjame que insista:
El blanco te sienta bien.
Pero
el negro, mejor.
(Ambos sabemos que
esto,
nunca antes
nadie
te lo había dicho).
Y, creyendo en lo inusual de
la alteración electromagnética
y las falsas cuestiones en expansión
seremos siempre
bienvenidos
en todos los lugares,
en todas las costas recortadas del
paisaje vital.
Tantas noches para la vigilia
tantas partes reconectadas del dolor
tan pocos asideros del materialismo desbordado.
Si el tiempo unifica
es posible que la ausencia de él
(por lógica aplastante)
sufra de intermitencias anodinas.
Pero,
no apuestes por la moral entre los dedos.
No discutas con ellos por la ética implosiva.
Apuesta a las carreras del desierto
aboga por un mundo en el que lo oscuro
es
lo más clarividente,
lo más auténtico.
Verás así
como un paso hacia delante
y otro de vuelta al origen
nunca será juzgado
ni
obstaculizado.
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Fuente imagen: Julien Ulvoas |
Tantas noches para el sueño
tantas piezas separadas del alma
tantos mundos de la posverdad futurista que saltarse...