Lunes 30 mayo. Me acerco a la peluquería. Hasta aquí, cualquier persona exclamaría ¡¿Y?!
Dejadme seguir.
Lunes 30 mayo, me acerco a la peluquería para pedir cita para cortarme el pelo. No tiene arreglo. Al menos dos dedos, dos dedos de corte reparador. Corte pulp fiction sin flequillo.
Me dan cita para el miércoles 1 de junio, a las seis de la tarde. Perfecto, pienso.
Pasa el martes. Nada destacable. Y llegamos al miércoles. Miércoles 1 de junio, seis de la tarde . Soy muy puntual. Llego a la peluquería y pulso el timbre. La peluquera está un poco atacada, la pobre, demasiada faena se le ha venido encima. Quizás una mala gestión temporal, no pasa nada. Siempre se ha dicho que en la peluquería sabes a qué hora entras, igual que en el médico, pero, no sabes a qué hora vas a salir.
Me siento. Tienen unos sillones de cuero negro muy bien diseñados, parecen sonrisas. Minimalistas pero sonrisas.
Discrimino visualmente delante de mí, una estantería con un millón de revistas de diversos temas. Veo muchas revistas de prensa rosa, pero también hay libros de cuentos para niños, revistas de coches y de viajes. No me convence ninguna.¿Dónde está
Filosofía hoy cuando se la necesita? , pienso. ¡Qué sola estoy!, vuelvo a pensar.
Miro el reloj de la pared. Son las seis y veinte. Dirijo mi mirada hacia la peluquera. Trabaja sola. Eso perjudica mi espera. Se da prisa en atender a las dos señoras que están finalizando su corte y secado al módico precio de ocho con cincuenta y pienso, madre mía, veinte minutos aquí... me debería haber traído un libro.
Giro despacio la cara hacia mi izquierda, y veo un revistero. Un revistero de diseño. Justo en la hoja central observo un libro de dimensiones desproporcionadas que me llama la atención. Alargo la mano y lo cojo. Pesa. Me asombro. Es un monográfico de Marilyn Monroe. Un libro completo de un viaje fotográfico. Me pregunto, ¿qué hará allí un libro de esas características? Seguro que tiene una historia. Seguro que la peluquera la sabe, pero la vuelvo a observar y está muy nerviosa. Mejor no preguntar. Abro el libro y vuelvo a observar el reloj de la pared.
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Fuente imagen:
eaumg.net |
Son exactamente las 18:30.
Pienso, espero unos minutos más y si no me atiende, me voy. Pero el libro me atrapa. Paso las hojas y las fotografías muestran una Marilyn poco conocida. He visto millones y millones de fotografías de ella. No me sonaba ninguna. El libro, además cuenta la historia desde el punto de vista del fotógrafo. Curioso...parecía enamorado.
Por fin, la peluquera me hace pasar. Dejo el libro en el lugar que estaba. Soy muy escrupulosa. Las cosas que cojo, las intento dejar en el mismo sitio, a ser posible, en su misma posición. Como si no las hubiese tocado.
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Fuente imagen:
pinterest |
Me levanto, me dirijo hacia el lavadero, el de cabezas... y... disfruto de un buen lavado del cuero cabelludo. Cierro los ojos y sigo imaginándome la historia del libro. Prefiero no preguntarle, prefiero imaginarme que es un regalo, o mejor, una compra consciente, ya lo tengo...¡Es una fan! O quizás es un obsequio de algún representante por la compra de un gran pedido de laca.
Ahora pasamos al sillón de corte y me sugiere que después de cortar mis rigurosos 2 centímetros, me ponga rulos. ¿Rulos? ¿De qué está hablando?
-Sí, rulos...
-A mí no pueden quedarme bien los rulos, ni la permanente. Tengo el pelo lacio, liso, vamos...lo que viene siendo un pelo "tacha"-respondo- Ya probé en mi juventud con tintes de colores, permanente y cosas de esas, no me puede quedar bien- concluyo.
-Te quedarían bien los rulos.
-Sí...-y el rubio platino también- río a carcajadas.
-No le veo inconveniente- responde.
-No- expreso tajante y sorprendida.
-Bueno, pues cortamos y secamos.
-Eso, cortar y secar-contesto con una seguridad ofuscada.
Mientras comienza a cortar, cojo el móvil y releo las redes sociales. Por hacer algo...Por todas partes aparecen post de felicitación: Hoy es el cumpleaños de Marilyn. ¡No me jodas!, pienso asombrada mientras miro hacia el espejo como buscando una razón.
La peluquera está cortándome el pelo en silencio, pero su visión periférica le delata. Me está mirando. ¿Me está mirando?¿Qué co... está pasando?
Llaman al timbre y la experta en cabello se distrae un momento con un cliente que pide hora.
Rapidamente, busco en internet la biografía de Marilyn Monroe. Día de nacimiento: 1 junio de 1926 en Los Ángeles...Me viene a la mente la hora. ¿A qué hora nació Marilyn? Busco en internet la hora de su nacimiento ¿Por qué?, pienso. Pero lo hago, sin cuestionarme nada más. 1 junio a las 9:30 a.m. Vuelvo a preguntarme ¿1 junio, LA, 9:30? ¿Qué hora es en España?, ¿Por qué quiero saberlo? No puedo responderme. Busco hora local. 1 junio, 9:30 am en LA, 18:30 en España.
Me quedo sin aliento e inmediatamente intento recomponerme en la silla. Me miro en el espejo, mi cabello está húmedo, como mis ojos. No me da tiempo. La compostura se quedó enfrente.
Vuelve la peluquera. Acaba de despedir al cliente que venía a solicitar cita. Me observa expectante. Parece dispuesta y pregunta:
-Al final ¿ponemos los rulos o no?
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tendenzias.com |