ELLO O AQUELLO I

ELLO O AQUELLO I



Fuente imagen:
theberry.com
El sonido característico de las burbujas del café de la cafetera italiana  fue exactamente el  momento inicial de la conversación.

-Anda que anoche... me asustaste.
-¿Sí...? ¿Por qué?-preguntó poco interesado por lo que vendría después a la vez que untaba mantequilla en su tostada.
-¿Cómo que por qué? No te hagas el listo... me hablaste del piso en el que vivía cuando era joven... y lo sabes- insinuó con su sonrisa de  "he descubierto el engaño"

Diego, dejó de esparcir el producto mantecoso y miró fijamente a Sara.

-Yo no te hablé anoche de nada.

La contundencia de sus palabras, asentaron el sorbo del elixir mañanero en el estómago de ella de forma clara y de un golpe dolorosamente crematorio.  No había dudas, la seguridad con la que argumentó no expresaba posibilidades de haberle gastado una broma. Aún así, prefirió informarle superficialmente de lo ocurrido a ver si, por alguna de aquellas, percibía un ápice de falsedad.

Fuente imagen:
Facebook.
Andreu Rider.
Título: Antartic from Space.
-Diego...¿no te acuerdas de nada? 
-¿De qué debería acordarme, Sarita?- preguntó con gesto de disgusto. Cuando Diego la llamaba Sarita es que la cosa comenzaba a molestarle.
-No...no te alteres...pero es que ayer me hablaste en sueños...

Con aquella información Diego retomó su actividad ya más calmado.

-¡Ah! ¿es eso?-preguntó mostrando una mueca-Mucha gente habla en sueños...
-Sí, eso es cierto...
-Tú también has hablado alguna noche-siguió  mordisqueando la tostada que acababa de preparase- pero no se te entiende-concluyó.
-A ti si que se te entiende- contestó tomando otro sorbo del café ya a temperatura ideal.
-¿A sí? ¿y qué te decía?

Diego se acercó a ella mientras movía la mandíbula de forma pausada. Aquella confesión inconclusa pareció hacerle la suficiente gracia como para cambiar su actitud y proclamarle, de forma nada sutil, gestos lascivos. Ella le dejó acercarse sin ninguna precaución al respecto y observó sus pupilas... dilatarse al extremo
 No tenía porqué saber que debía tomarla. La excitación, acto reflejo de "d(i)elatación" de las pupilas era una cortina de humo comúnmente aceptada para esconderse.





Comparte:

0 comentarios