DISPAROS, LA AUTOPISTA DEL SUR Y LA VISITA DE JULIO O DE CÓMO LA TRAICIÓN NO SE AVIS(T)A

Fuente: giorgialupi.com

Julio ha venido a visitarme esta mañana desde Alemania. Dice que condujo seiscientos sesenta y seis kilómetros al día por la autopista del sur hasta llegar aquí. También dice que París ennoblece el paso lento, mentiroso y ruidoso hacia el interior de la ciudad mientras que las luces de la tarde justifican la primera y la última palabra.

Julio está en un momento crítico de su vida. Sabe que el final del camino es la re(ndi)(volu)(vela)ción ante las novedades intransigentes de la verdad y quiere decirme que los Beatles fueron los culpables de la carencia de lucha. Claro... eran ingleses y los ingleses son muy Gentlemen para estas cosas. Cualquier políglota lo sabe.

Eso dice Julio. Eso dice. Y yo escucho. Escucho y traduzco para el resto del mundo, pues ninguno de los (pre)(au)sentes sabe alemán, ni siquiera francés asumido por el camino, ni cualquier otro idioma apre-hendido mientras cruzaban hacia el sur. Porque nadie cruzó el sur como lo cruzó Julio a través de esa autopista de la espera. 
Esto me otorga algunas licencias literarias ante cualquiera de las tres erres que acaban con la atención. Eso me titula, con el visor de precisión, a la espera del momento justo, para dejarme apuntar y disparar en el centro mismo (de los datos diluidos) de la diana de la dispersión.

Fuente: giorgialupi.com






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