CUENTOS 3.0: EL ZORRO, EL ESPANTADOR DE PATOS Y EL SEÑOR ONION. VERSIÓN A(CERTADA).

El zorro, el espantador de patos y el señor Onion.

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En la última carrera del verano el zorro, mundial plusmarquista convertido en entrenador, quiso que sus pupilos alcanzaran a los de As, el mejor entrenador actual de patos. Pero sus técnicas no se lo permitían. Todos le criticaban y le tachaban de que su obsolescencia y falta de picardía no le dejaban ver la luz y avanzar.
Desde hacía varios años parecía que As se sabía todos sus trucos para que sus animales adelantasen en cualquier competición. 
Por si esto fuera poco tenía de su parte la última tecnología. Sus competidores desconocían que poseía un arma invisible:
Los estornudos zombies o EZ.
Los EZ no eran los estornudos tal y como los conocemos. Los zombies eran síntomas enfermizos cuya única cualidad beneficiosa era la invisibilidad al accionarse, propagándose así por todos los mundos conocidos pero también por los no conocidos. De esta forma enfermaban  a sus portadores(nada que no se pudiese arreglar con el medicamento correcto) y colateralmente espiaban y recababan datos de sus usuarios,  sus debilidades físicas y mentales etc. para el mejor preparador conocido de la historia.
Sí. Esto técnicamente era hacer trampa(1) pero el zorro lo desconocía. El zorro se limitaba a lamentarse de su situación. Aturdido, pensó en quien podría arrojarle algo de luz y fue a ver al señor Onion.
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Autor: Meditations
El señor Onion era lo que podemos llamar un gurú. Un caballero con visión de futuro y dotes de mando aderezados con la sal y la pimienta de toda competición. Ya sabéis ¿no? ¿Cómo que no? Pues la parte más importante de toda guerra: la estrategia. Era conocido por ser un excelente estratega. De pueblo, dicho sea de paso,  pero el mejor de todo el mundo en temas competitivos...

–Y ¿qué podría hacer para aventajarle?–le preguntó pesimista una vez entablaron conversación al calor de una taza de té blanco.
–Lo primero que debes hacer es realizar las preguntas correctas. Tu caso no es una excepción. De hecho, es la norma. Analicemos en profundidad tu problema. Tu competidor sabe todos tus movimientos oficiales y tú por más que entrenas y creas vías alternativas que se supone que él no sabe, sus patos ganan a tus chicos todas las veces.
–Eso es, efectivamente. ¿Qué es lo que estoy haciendo mal si partimos de las mismas capacidades?
–Nuevamente pregunta errónea. El problema no es tuyo. Tú estás siendo honesto, ¿verdad?–cuestionó insistiendo en el cumplimiento de las normas aplicadas a la competición.
–Sí, sin duda. Soy muy riguroso en eso.
–Entonces, ¿dónde está el problema? Si tú cumples con tu parte del trato en una supuesta competición honesta...
–¡Es el entrenador del otro equipo el que no las cumple!–exclamó el zorro como si hubiese abierto las puertas del cielo en ese mismo instante.
–Si has detectado el problema, allá dónde se encuentre éste, estará la solución.


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Despidiéndose del señor Onion, justo al salir por la puerta se encontró al siguiente cliente. Era el espantador de patos.
El espantador de patos, para aquellos que no lo conozcan, acababa de mudarse a la ciudad. Pero era muy listo. Había conseguido la fórmula más avanzada para entrenamiento de tercera generación. De hecho, en la última carrera de los juegos europeos, fueron sus pupilos los que subieron al podio en primer lugar. Eso como comprenderéis no gustó nada en absoluto al "rey" de los entrenadores.

–Hola espantador. ¡Cómo me alegro de conocerle! ¡Es un honor! Me han dicho que se instala en la ciudad.

–¡Oh!¡El famoso zorro entrenador! Igualmente. He oído hablar mucho de usted. Sí. He venido para quedarme a vivir.
–¿Qué hace por aquí? Por lo que sé no necesita consejos del señor Onion.
–Es cierto. Solo estoy de visita. Sé que le gusta mucho el pato confitado y el pato a la naranja y como somos muy buenos amigos, vengo a traerle 2 patos. Nos daremos un homenaje culinario.
–Pero, ¿cómo es posible? ¡Si espanta a los patos!¿Cómo los entrena?
–Bueno...las técnicas de entrenamiento a distancia como comprenderá son secreto profesional...
–¿Ha dicho a distancia?
–Sí, sí...¿Qué no sabía que existen métodos a través de los cuales puede entrenar a patos sin estar presente?
–Bueno...conozco los silbatos para patos.
–Es algo más complicado. Verá...entreno exclusivamente en verano a Cercetas pardillas independientes y Malvasías Cabeciblancas en época de cría.
–¡Oooh!- exclamó pivotando las puertas del cielo en su cabeza–. Muy interesante...¿características especiales?, pensó preguntándose para sí.
–Eso es. Veo que lo ha entendido–le dijo pese a que el señor Zorro no abrió la boca. Finalizó su identificación telepática guiñándole un ojo.
–¿Le dejo para que siga reflexionándolo? Ya sabe que el pato a la naranja necesita cocción a fuego lento.
–Claro, claro. Descuide.

Antes de que pudiese cerrar la puerta desde el interior de la casa se escuchó gritar:

–¡No se vaya don Zorro, me gustaría invitarle al festín!

La cara de ambos se iluminó. El gesto aprobatorio era más que evidente.

–Entonces, ¿gusta usted?–preguntó el espantador de patos alargando la mano invitándole a pasar.
–No, no, usted primero...faltaría más.













1. Quede claro que no debe hacerse puesto que es considerado un fraude por los organismos reguladores de las carreras y supone la expulsión inmediata de cualquier competición presente y futuraDe todos es sabido que, caso de que se ganen medallas de forma fraudulenta, también es válido y de aplicación en competiciones pasadas. Con la consecuente invalidación de títulos otorgados o lo que es peor, la retirada de los fondos económicos prestados para el mantenimiento y entrenamiento de cualquiera que jugase en la competición.

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