Fuente imagen: Behance.net Autor: Med Ness |
Alguien me dijo que Luis Fonsi tenía nuevo hit. I can't believe it!, respondí. Después de sus éxitos musicalmente abrumadores como son "Despacito", (al que prometo hacer un análisis profundo en otro momento, palabrita del niño Jesús) o su "Échame la culpa", podemos decir que Luis Fonsi se ha consagrado como músico de masas. De eso no cabe la menor duda.
Este puertorriqueño emigrado a los United Estates of America a la tierna edad de 10 años, parece que ya apuntaba maneras. Desde pequeñito y hasta su formación superior, la música y el ritmo lo han acompañado.
No digo que sea decisiva su formación específica musical en la Universidad de Florida (ni siquiera quiero decir que la wikipedia diga la verdad al respecto...) pero sí que, de ser así, influye(y mucho)junto a otros factores como la suerte, el carisma obvio que desprende o el ser representado por Tony Mojena, por ejemplo...
Quizás por eso sea algo más comprensible el calado de los frutos musicales de Luis Fonsi y cualquier artista de las notas musicales. El tándem de "talento", disciplina, ímpetu y buenas relaciones es un patrón que, de cumplirse, es una apuesta segura en todas, todas, todas las profesiones.
Una vez dicho esto, básico para poder contextualizar la purpurina que envuelve a este producto en concreto, vamos a lo que realmente me importa desde el punto de vista artístico-músico-literario y/o filosófico.
Comencemos por el primer plano:
A) Lo evidente.
El análisis frontal audiovisual del videoclip oficial es rápido. Nada que no sepamos y esperemos cara a la estación veraniega:
Desde la parte visual, las imágenes coloridas, aguas de un planeta desconocido, lugares paradisíacos, piscinas festivaleras para público variado o los movimientos físicos y mentales de edades comprendidas desde cero a noventa y nueve años de edad, etc. son, todas ellas, de alto impacto, refrescantes y sugerentes para la misma horquilla de edad antes descrita.
La cosa no es que mejore si fijamos nuestra atención en el primer plano de audio. Desde el punto de vista auditivo, la composición musical es de base conocida y evoca a los mejores ritmos caribeños, (actualizados, por supuesto).
Desde el punto ideológico partidista femeninista (sí sí, femenino y feminista, porque a ambos movimientos esto sienta fatal) hace su aparición estelar UNA acompañante despampante cuyo conocimiento musical se forjó entre tijeras y diseño de pasteles, pero tiene las formas justas de pastel que te cabe en la boca. Cosa que parece perpetuar, en lo más profundo del inconsciente individual, la idea de que solo cuenta el contenedor, no el contenido.
En fin, nada nuevo. Herencias de estereotipos que, afortunadamente, cada vez son más reconocibles a simple vista y, por lo tanto, susceptibles de ser cortados de raíz, antes de propagarse como un virus en el inconsciente colectivo más cercano.
Pero hay cosas que son menos evidentes. Otras perspectivas que se esconden de forma consciente para evitar una reinterpretación. Esa interpretación, (no solo en esta canción que es la muestra, sino en muchas otras) podría afectar de forma significativa nuestra posición en el mundo en un momento determinado e incluso, ahondar en las profundidades de nuestro propio océano mental. Y afecta porque supone la aceptación de la posibilidad. De la posibilidad de una crisis; y, escucha...la música está hecha "pa gosarla", ¿no?
Si crees que no quieres-te mereces quedarte en este nivel, la próxima...pulsa aquí.
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