DIÁLOGOS ABSURDOS. ENTREVISTA EN LA LÍNEA ROJA AL ENCELADOR DE LIBRETAS I

DIÁLOGOS ABSURDOS. ENTREVISTA EN LA LÍNEA ROJA AL ENCELADOR DE LIBRETAS I


La empresa de trabajo temporal cerraba sus puertas a las ocho de la tarde. Eran cerca de las siete y media y el caballero activo pero parado de larga duración, esperaba pacientemente desde las dos y media que le habían dado cita para "actualizar su currículum".


-Buenas tardes.
-Buenas.
-Su nombre por favor.
-Arsenio Celonio, para servirle.
-Y bien Arsenio ¿para qué labor cree usted estar capacitado?
-Pues mire Doña...
-Asunción.
-Pues mire Doña Asunsión. En esta vida yo he hecho de tó, ¿sabe usté? Igual le arreglo la cisterna, con alambrillo, claro...que le pinto una paré, o se la enliso...
-¿Me la enlisa? Y ¿eso qué es?-preguntó Asunción con el ceño fruncido. Le desagradaba que la gente le hiciese perder el tiempo y le daba la impresión de que allí no había nada que hacer...
Fuente imagen: damamadeit.com
-Pues sí...que si tié usted paredes de gotelé...desos que se llevaban en los oxenta, ¿sabusté?
-Sí, sí...comprendo..., siga- contestó distraída arreglando la documentación que tenía encima de la mesa.
-Pue eso...que hago magia...lo vuervo en liso...
-y ¿ha hecho muchas veces eso?- preguntó volviendo a cobrar interés por el asunto. Un buen pintor con esas características estaba muy demandado por cierto sector de la alta sociedad. Compraban y vendían edificios enteros a los que un buen lavado de cara parecía eliminarles (parecía) el rancio impregnado en las grietas por desahucios y letras impagadas que arrastraban. Y de ese tipo de contratistas tenía una lista copiosa. Necesitaban profesionales de la pintura de cara, digo...de paredes.

-Pues sí Doña Asunsión. Llevo na menos que trece. Trece casas que me pintao.
-¿En este año?
-¿Cómo quen este año? ¡Si llevo parao cuatro!
-Ah... entonces ¿habrá perdido la práctica?
-Señá mía...eso no se pierde en la vida...usté se recuerda de montá en bicicleta.
-Esto...sí...claro...
-Pues esto iguá. No se pué orvidar...un buen pofresional del ramo siempre sabe hacer un buen alisao.
-Ajá...-contestó Asunción de mala gana desconfiando de la justificación.

El silencio se hizo eterno. Durante treinta segundos Arsenio miró fijamente el reloj circular que se alzaba triunfante en la pared justo detrás de aquella señora tan bien vestida. Rozaban las siete y cuarenta y cinco minutos. Asunción resoplaba revisando su historial profesional...definitivamente aquel hombre le estaba haciendo perder el tiempo...hasta que, fijó la vista en la última actividad...

-¿có có mo? ¿Qué es esto que pone aquí?

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