EL ESCAPISMO INNATO DE LOS CANGREJOS O DE LA GENÉTICA DE LA HUÍDA


Un reciente estudio asegura que el escapismo se podría haber asumido genéticamente entre los miembros de esta especie de crustáceos decápodos.



El cangrejo ermitaño malacostraca ha sido adoptado en los últimos años por familias de humanos que los han acogido como animales de compañía en sus casas. Esto es debido a que, supuestamente no requieren cuidados especiales, cosa la cual, los hace atractivos como mascotas.
Sin embargo, un reciente estudio realizado por un club de boxeo de pre-universitarios de la Universidad Miskatonic, Massachusetts concluye, que, por su propio bien y por el del anfitrión no son aptos para la convivencia. Al parecer este crustáceo tiene varias características que lo convierten en inapropiado como animal doméstico.  
La primera de las causas es que el cangrejo ermitaño vive en colonias. Apartarlo de sus congéneres es, sin duda un error puesto que, según este estudio sobre los paguros, tienden al escapismo de manera sistemática.
Desde el punto de vista de la carcinología, se podría concluir que al malacostraca ermitaño le place ser un animal social o comunitario, obviamente, con individuos de su misma especie. Una de las conclusiones de este estudio corroboró, tras observar a trescientos malacostracas en cautiverio independiente, que, al 95% de la población le producía hastío y bostezos si la compañía no es de sus congéneres llegando a ser malinterpretados por sus anfitriones1.
El asombroso escapista Houdini
Fuente imagen:survivalafterdeath.blogspot.com.es
Se pudo contrastar colateralmente que, al capturarlos y mantenerlos aislados, los primeros ejemplares, morían irremediablemente. Con el tiempo se percibieron fugas inexplicables, dignas del mejor ilusionista. Se cree pues que, este tipo de crustáceo, por su propia supervivencia ha asimilado genéticamente este truco de magia. De ello se deduce, sin temor a equivocarnos que, sus técnicas de escapismo son innatas. El mismísimo Houdini, guiado por la fama que les precedía, en su viaje a Australia, quiso documentarse al respecto con el fin de mejorar sus "técnicas de descandado" de la camisa de fuerza2.
La segunda causa que no lo hace apropiado para formar parte de un vínculo afectivo-familiar-humano, y que nada tiene que ver con el escapismo, es que el cangrejo ermitaño puede sobrevivir en grupo muchísimos años (aproximadamente 30). Esto supone, para los humanos el término medio de años que tarda un descendiente en abandonar el nido paterno. Si son ustedes padres ¿de verdad quieren seguir cuidando de un crustáceo después de que sus hijos se independicen?¿o es que se independizará con ellos? Reflexionen al respecto.
Fuente imagen: Gloria Vilches
Título de la obra: El cangrejo ermitaño y su huésped.
Finalmente los cangrejos ermitaños, necesitan enterrarse en arena fina y blanca, a ser posible de polvo de coral para mudar su piel. Si no la mudan, no crecen y si no crecen, al final les espera la muerte.
Aún en libertad, asombrosamente, a fin de evitar a los depredadores, se alían con otras especies para perpetuar la fuga de ese futuro escrito3. Sus aliados son las anémonas. Estos compañeros poseen unos tentáculos urticantes que pueden imponer respeto a los depredadores. ¿Qué les ofrecen a cambio? Quizás les ofrezcan hospedaje gratuito en época vacacional. Aunque esto son solo conjeturas, que pese a su falta de base científica, no se descartan como líneas futuras de investigación.
En la última década, la reducción drástica de guardianes anémonas ha hecho peligrar la vida de esta especie y se ha observado que, los cangrejos ermitaños criados en cautividad a los que se les ha permitido un "amigüito" anémona, han permanecido en  sus jaulas. Esto no ha podido corroborarse por no ser hipótesis propuesta en el estudio multidisciplinar.
Por todo ello, el estudio de los pre-universitarios concluye de manera directa que:
No es aconsejable ser propietario de este tipo de crustáceos, ni con acuario en condiciones óptimas, ni sin él por una cuestión de afecto propio y ajeno.
Colateralmente, tal y cómo hemos visto, el estudio ha arrojado luz sobre otras línea inesperadas de investigación: la posible genética de la huída y la amistad huésped-anfitrión por la supervivencia.






1.Recientemente se han dado casos de niños denunciantes de sus padres por hacer sopa de cangrejo, puntualizada como excelente, eso sí. 
2.En realidad se cree que Houdini viajó por la propuesta de la revista Science American en su cruzada contra las pseudociencias por aquel entonces.  La hipótesis acerca de la genética de la fuga en los cangrejos presuponía la posibilidad del mismo potencial genético, en los seres humanos. ¿Cómo se podía deducir este silogístico aristotélico? Nunca lo sabremos. No existe documentación.
Si lograba demostrar dicha hipótesis, la ciencia se erigiría como la poseedora de la verdad. Esta última afirmación carece de base científica alguna, sobre todo porque ni la revista confirmó nunca ser la responsable de ningún estudio patrocinado al respecto ni porque Houdini tuvo descendencia a la que, traspasar genes ni comprar cangrejos.
3. Como está escrito para todos, en un momento dado, por otra parte.

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