ALCOHOL, NO GRACIAS: VASOS COMUNICANTES Y EL TÚNEL DEL TIEMPO(II)

Este es uno de los relatos que forman parte, por orden, de la serie La señora Abbot:
La señora Abbot, el doctor en casa...
Efectivamente un violinista...3
El panadero y su falso positivo...
Alcohol, no gracias...1
Alcohol, no gracias...2
Alcohol, no gracias...3
El amanecer willkommen...
La señora Abbot y el pan...1
La señora Abbot y el pan...2
La señora Abbot y el pan...3
La señora Abbot y el pan...4
La señora Abbot, el nombre del violinista...1
La señora Abbot, el nombre del violinista...2
La perspectiva hace la forma...
¿Por dónde iba...?
Ventajas y desventajas...1
Ventajas y desventajas...2
La perfecta alineación de unos zapatos...
El trastorno borderline...
La señora Abbot se va de vacaciones
El crucero cruzado, información inesperada...
El triatlón, la función musical para público especializado...
La señora Abbot, la pajarita que jugaba al póker y el momento...
Muchas pajaritas para tan poca isla...
Logaritmos neperianos...
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor I
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor II
La señora Abbot y el patrón inevitable de lo que vendrá.
La señora Abbot: tejiendo el inconsciente y sus patronistas.


El Doctor Quant era un hombre muy extraño. Pese a tener siempre la sala de espera de la consulta repleta de gente(cosa la cual dice mucho de cómo está el mundo), carecía de empleados. Eso le podría ahorrar ocuparse de todas las tareas que conlleva una consulta médica, pero, opinaba que la obligación de secreto profesional no se sostenía más que, evitando intrusos. Así era. Tan sólo aparecía una vez por semana Dolores, la señora de la limpieza y lo hacía los viernes por la tarde, justo después de que la señora Abbot finalizase su visita.

-Buenas tardes Dolores-expresó Jana con su más estricta educación inglesa.
-Buenas tardes señora Abbot-contestó Dolores con la cabeza cabizbaja.


No intercambiaron ni una palabra más. La boca de Dolores se ensanchó tanto, a la vista de Mafi que incluso la profesional de la limpieza notó cómo se transparentaba la falta de cordura a través de sus ojos, por unos instantes. Su sentido de la oportunidad le hizo no seguir hablando, pese a que no sabía que le ocurría, se adentró en la consulta del psiquiatra apresuradamente.

Jana cerró suavemente la puerta y permaneció unos instantes en el rellano de la escalera. Le faltaba el aire. Resultó que los labios de Dolores aumentaron un 400 por cien su tamaño ante sus ojos y pudo ver sus dientes. ¡Eran de colores! Multicolor. ¿Qué podía significar aquello?No dejaba de darle vueltas y más vueltas.

La máquina del pensamiento comenzaba su particular esquema de vasos comunicantes.

Fuente imagen:
Jeff Soto


Comparte:

0 comentarios