¿POR DÓNDE IBA? HIPERVENTILACIÓN Y DISTANCIA ENTRE TU LENGUAJE MUSICAL Y MIS TRASTORNOS.

Este es uno de los relatos que forman parte, por orden, de la serie La señora Abbot:
La señora Abbot, el doctor en casa...
Efectivamente un violinista...3
El panadero y su falso positivo...
Alcohol, no gracias...1
Alcohol, no gracias...2
Alcohol, no gracias...3
El amanecer willkommen...
La señora Abbot y el pan...1
La señora Abbot y el pan...2
La señora Abbot y el pan...3
La señora Abbot y el pan...4
La señora Abbot, el nombre del violinista...1
La señora Abbot, el nombre del violinista...2
La perspectiva hace la forma...
¿Por dónde iba...?
Ventajas y desventajas...1
Ventajas y desventajas...2
La perfecta alineación de unos zapatos...
El trastorno borderline...
La señora Abbot se va de vacaciones
El crucero cruzado, información inesperada...
El triatlón, la función musical para público especializado...
La señora Abbot, la pajarita que jugaba al póker y el momento...
Muchas pajaritas para tan poca isla...
Logaritmos neperianos...
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor I
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor II
La señora Abbot y el patrón inevitable de lo que vendrá.
La señora Abbot: tejiendo el inconsciente y sus patronistas.


-Hecho.
-Ya veo -se acercó de nuevo mientras ella acababa de guardar el aparato a medio desmontar prosiguiendo el paseo de camino a sus respectivos hogares -.Ahora voy a contarte algo. Es obvio que sabes que soy músico.
-Sí, esa parte de la información sáltatela que te escucho casi todas las noches. Por cierto...¿sería posible que dejases de hacerlo encima de mi tejado?
-Esa es una de las cosas que tengo que explicarte. No puedo. Es la forma en la que me comunico...
-¿Con quién?-preguntó interrumpiendo su discurso.
-Con todos.
-¿Qué todos?- prosiguió como si estuviese agotada de tener de obligarle a contestar cuando en realidad lo único que hacía era interrumpirle.
-Jana, entiendo que estés impaciente, pero si no dejas de preguntar, no podré hilar el discurso que te tenía preparado y entonces...¡No tendremos más tiempo! Estamos llegando a casa y no podemos pararnos.
-Lo siento...-expresó- prosigue por favor. No te interrumpiré más.
-¿Por dónde iba? Ah...sí... como verás no soy muy dado a expresarme lingüísticamente... Lo mía es la música...
-Sigue James... por favor...si ralentizamos más el paso parecerá que estamos aquí plantados manteniendo una conversación buscada y según tú, eso no podemos hacerlo.
-Sí, sí... a ver cómo me explico para que puedas entenderlo. Nosotros dos tenemos ciertas capacidades que algunos otros también tienen.
Fuente: Lostateminor.com
Artista: Connie Lim
Título:Fashion playing cards.
-No sabes que alivio saberlo... -interrumpió sarcástica.
-Bueno...pues...eso...esto... -hizo ademán de parar de hablar a fin de encontrar las palabras correctas-. Desconozco cómo te ocurre a ti, pero en mí todo comenzó con mi música. Cuando era estudiante de violín, la música me hablaba. No exactamente como si escuchase voces- No era así... no sé explicártelo mejor.

El nerviosismo de ambos se hacía evidente. James visualizaba ya la calle Lafayette, pocos metros más y estarían en casa.

-Sé que es algo normal que los artistas vuelen con la frontera de la creatividad a cuestas -expresó elocuente-pero, créeme, casi enloquezco. Las partituras... las notas musicales, la reproducción de los clásicos, todo lo que tenía relación con la música, todo ¡me daba pistas de lo que después ocurriría! ¿Comprendes? Estuve yendo a visitar a un psiquiatra, convencido de que empezaba a perder la cordura...

Jana tuvo que parar. Las piernas le temblaban y el pulso comenzó a acelerársele. El aire se hizo irrespirable y esos malditos zumbidos lentos e intermitentes en sus oídos...  La hiperventilación, que se había convertido en una de las consecuencias de sus "trastornos" demasiado familiar desde hacía varios meses. Al parecer ahora las cartas canjeaban "trastornos" por "visiones". Se confirmaban sus sospechas y su visión ahora se llenaba de nubes grises...

-Jana, ¿Te encuentras bien?- preguntó James interrumpiendo su discurso al verla en un estado catatónico- ¡Jana!¡Jana! Oh ¡no! Jana, vuelve... ¡no me hagas esto! 

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